lunes, 24 de abril de 2017

Herman Hesse: el autor en crisis

El poeta del alma de Calw, autor nacido en la Selva Negra; suabo de nacimiento y gran exponente de la literatura alemana del S. XX


“Para contar mi historia debo
remontarme muy atrás,
hasta los primeros anos de
mi ninez y más allá de ellos, al
  remoto pasado de mis orígenes”
Demian, Herman Hesse



Herman Hesse como escultura guardiana del Puente de San Nicolás en Calw

La travesía de Herman Hesse comienza en Calw, un poblado pintoresco ubicado dentro de la Selva Negra en el sur de Alemania.

2 de julio de 1877, Hesse nace en el seno de una familia misionera, vinculada fuertemente con la religión.

Johanes Hesse, su padre; un misionero pietista báltico. El autor senalaba haber obtenido de él, su temperamento, escepticismo y la crítica general así mismo. Por otro lado, la madre Marie Hesse le heredó su pasión, sensibilidad y fantasía.

 A lo largo de su vida, el autor finito y en crisis tuvo diferentes estaciones; momentos díficiles que lo llevarón a cuestionarse su existencia de manera relativa y frecuente. De esas ideas nacieron sus libros y personajes.

En tiempos antiguos, Calw fue famosa por su dedicación a la industria textil y el comercio de madera y sal. Hoy en día, Calw está totalmente ligada al escritor alemán; Calw es reconocida como la ciudad natal de el célebre poeta.


Marktplatz en Calw y casa donde nació el escritor Herman Hesse






La ciudad de Hesse es una villa milenaria . El río Nagold cruza por debajo del ilustre Nikolausbrücke (Puente de San Nicolás) y su capilla singular, donde actualmente el escritor possé un lugar importante; su escultura vigila la entrada a la ciudad.


Las casas pintoréscas de la Selva Negra en Calw
Una plancarta de metal sobre el puente, aclara el porque la importancia de dicho lugar. Herman Hesse escribió en una de sus memorias: “Cuándo yo vuelva una vez más a Calw...permaneceré un largo tiempo en el puente. Ese es mi lugar favorito en el pueblo”.


“Mis ojos han visto y vivido en techos alemanes...manana voy a mar otros techos”; Herman Hesse y el puente de San Nicolás

Herman Hesse tenía un enfrentramiento entre la religión y la fe, su novela Siddharta sería un puente de unión entre Oriente y Occidente y su fascinación heredada por su madre, ante la India.
En 1912, Hesse abandonó la Alemania del emperador y monarca Guillermo II, como “primer emigrante voluntario”

Hesse era uno de los poco intelectuales alemanes que no participaban en el entuasiasmo general de la guerra. Lo cuál, tiempo después se vería reflejado en el III Reich, donde sus libros no estuvieron prohibidos; a pesar de ello tampoco eran gratos ante Hitler.

Con 26 anos ya vivía en Suiza, su plan era irse del pueblo y alejarse de los planes familiares. Quería escribir o nada! En 2012, El diario El País citó que a Calw le sobran cualidades para a asfixiar a un muchacho letraherido.


El autor padeció de melancolía, estuvo resguardado en un hospital psiquiátrico donde una vez intento suicidarse. Anos después se sometería a otras crisis que lo llevarían a terribles depresiones y a una terapia de psicoanálisis con uno de los discípulos de Jung; el doctor Lang.
Después de concluir su psicoanálisis, Hesse escribiría la novela Demian, bajo el seudónimo de Emil Sinclair. Una historia psicológica y llena de idealismo, donde el escritor se reflejaría así mismo.

Hesse tenía un gran talento narrativo en sus obras, lo cuál lo llevo a ganar el Premio Nobel de Literatura en 1946. Un ano después del fin de la Segunda Guerra Mundial, el escritor alemán sería galardonado con dicho triunfo, él tenía 69 anos y se abstuvo a asistir a la ceremonia de entrega. El Nobel estuvo incluso ligado a su amistad con Thomas Mann (también Nobel de Literatura en 1929), la onomástica de Alfred Nobel reconoció en Hesse su aportación alemana a la cultura y al lenguaje.

Sin embargo, el Nobel tenía un transcurso político y fue una sorpresa para el propio autor, debido a que en pleno frescor del Nacionalismo Alemán; Herman Hesse fue traicionado como traidor a la patria. En áquel entonces, al mundo había que mostrarle un representante sin cargas y moralmente creíble del espíritu alemán y de la cultura alemana.

Un diario europeo hacía la crítica sobre el amor y desprecio de Alemania ante Herman Hesse: “ Hoy el país que le despreció y le puso en la lista de poscritos, lo vuelve a poner en las nubes. Otro cadáver exquisito, típico de una versión germánica”.

La superación de sus diferentes crisis personales, es una de las fuentes principales en su obra. Así como también sus preguntas específicas y filosóficas ante la religión y la política.
“He sido un hombre que busca y lo soy aún, pero no busco ya en las estrellas ni en los libros, comienzo a escuchar las ensenanzas que mi sangre murmura en mí. Mi historia no es agradable, no es suave ni armoniosa como las historias inventadas, sabe a insensatez y a confusión, a locura y a sueno, como la vida de todos los hombres que no quieren mentirse a sí mismos...”

Según la página oficial del Museo de Herman Hesse, afirma que el autor fue durante toda su vida; un buscador. No sólo un gran poeta con una basta obra reluciente, también un ser buscando el sentido de su propia existencia.