martes, 13 de mayo de 2014

Bremen, la maravilla gótica bajo la sombra de la lluvia

"Aquí no valgo nada, 
quisiera valer algo
porque esta ciudad es genuina,
y ser genuina es algo extraordinario.
La ciudad es rica
y su piel maravillosa.
Dígame alguien que espíritu
construyó aquí la Iglesia de San Ansgari.
Me pareció todo grandioso
lo que descubrí aquí".

Joachim Ringelnatz


Bremen es una ciudad ubicada al noroeste de Alemania, cuenta con alrededor de 540 mil habitantes y es una de las ciudades más hermosas del país germano.

Por Angélica Ferrari


Cientos de años atrás, el nombre de Bremen apareció por primera vez, exactamente en el año 782. Cinco años más tarde, el emperador Carlomagno (Rey de los francos y lombardos, rey de Occidente y Primer Emperador del Imperio Romano Germánico) fundaría el centro de cristianización de Europa con la construcción del Obispado de Bremen en lo que actualmente es la Catedral de San Pedro.

La ciudad reúne una historia de más de 1200 años y se extiende en un territorio de 40 kilómetros a orillas del Río Weser, el cuál sigue siendo la arteria de Bremen.



Si el paseo empieza desde la Estación principal de tren de la ciudad hacia el centro, rigurosamente debe de cruzar el Wallgraben, un antiguo foso en un parque recreado. En la Edad Media habían torres y muros a lo largo de los fosos, pero en el siglo XIX el consejo de la ciudad los demolió; a excepción del pabellón del arte y el viejo molino holandés, que desde el puente Herdentorsbrücke se puede admirar.


La caminata continua a pesar del viento frío y las repentinas lloviznas que son clásicas en esta zona, generalmente los bremenitas suelen estar preocupados por el tiempo atmosférico, el clima en el norte es un problema y la lluvia está  regularmente presente.

Un peón con su perro y sus cerdos se cruzarán en la travesía que lleva a la plaza principal, al comienzo de la calle peatonal Sögestrasse; las esculturas de Peter Lehmann nos transportarán a la calle de los cerdos en la época medieval cuando los panaderos y cerveceros habitaban al contorno de las carnicerías y los cochinitos eran conducidos, todas las mañanas; a los rebaños detrás de la estación principal y los habitantes tiraban basura en las calles y literalmente todo era una cochinero que al final era una buena cena para los cerdos, los cuáles asumieron el cargo de recogida de basura.




Después de dejar a los cerdos atrás, encontramos al Liebfrauen-Kirchhof, adornado por una fuente, anteriormente allí había un cementerio. Pero cuando las tropas del emperador francés Napoleón ocuparon la ciudad  comienzos del s. XIX, encontraron poco higiénico tener un cementerio en la ciudad y lo destruyeron. Hoy en día, aquí tiene lugar un mercado de flores cada mañana excepto los domingos.


Y el último que contó esto, todavía tiene la boca caliente: Los músicos de Bremen




Uno de los cuentos de los famosos Hermanos Grimm habita también en esta maravillosa ciudad.  Los músicos de Bremen yacen en una estatua detrás del Ayuntamiento, un burro, un perro, un gato y el gallo, una tras otro encima del burro, el cuál al sostener ambas de sus patas con tus manos te concede un deseo, pero ojo porque el deseo no solo es responsabilidad de estos simpáticos animalitos, se tiene que trabajar seriamente para obtenerlo.

La estatua fue creada por el escultor Gerhard Marcks de Colonia, pero actualmente la ciudad cuenta también con divertidas y coloridas copias alrededor del centro.

Los músicos de Bremen han ocasionado un dicho en la población:



Quien paga impuestos es un viejo burro, 
termina como un perro (igual se hace polvo)
Es todo para el gato (ya no tiene sentido)
Y ningún gallo le canta (y no le interesa a nadie)



Los músicos de Bremen trata de cuatro animales -un burro, un perro, un gato, un gallo- que para escapar de la muerte y la vejez emprenden el camino hacia Bremen con la intensión de ganarse allí la vida como músicos. Antes de llegar a la ciudad les sorprende la noche en medio del bosque y buscan donde alojarse, después se topan con una cabaña habitada por ladrones. Consiguen asustarlos subiéndose uno encima del otro y, todos al unísolo mientras irrumpen por la ventana, gritando el sonido característico de su especie. Se apoderan de la cabaña y la comida, y al final nunca llegan a Bremen.






El ayuntamiento (Rathaus) es el salón de la ciudad. Tiene un estilo renacentista el Weser y a la vez un estilo gótico bien resaltado con la Cátedral de San Pedro. Las casas a su alrededor reflejan la historia de la ciudad y el principal punto de reunión en la plaza del mercado, es el Roland.


El Roland representa desde 1404 el símbolo de la libertad bremense, es el ciudadano más famoso de Bremen. Roland era un caballero de Carlomagno, fallecido en un campo de batalla en Francia y desde hace 600 años simboliza la libertad e independencia de la ciudad. Años antes de el Roland de piedra, había una escultura de madera.


En su escudo se destaca un águila doble y la inscripción "Libertad os revelo que Carlos y alguno que otro príncipe le han obsequiado a la ciudad, Agradecedle a Dios, este es mi consejo". Roland tiene dos rodillas puntiaguadas para ensartar los caballos de los enemigos en el combate. Pero en la estatua tienen un significado pacífico. La distancia entre las rodillas era una medida, la yarda d Bremen. Después de haber comprado sus telas, las amas de casa comprobaban si habían sido engañadas.