viernes, 18 de enero de 2013

40 min sentada en el Bus

17-Enero-2013

Mientras mis manos están congeladas y me es difícil escribir, mis zapatos están cubiertos de nieve y todo  a mi alrededor es blanco.
El suelo de la carretera parece congelarse. A pesar de la calefacción del Autobús, el frío entra por las ventanasy por lo  mientras yo disfruto de cada momento.
Antes de subir al bus, caminaba por la calle completamente nevada, sumía mis ligeras botas en aquello blanco y blando llamado  nieve. Me llené de alegría; camino, jugueteo y salto sobre ella como una niña pequeña, a veces siento que hago los mismos gestos que Claire y entonces me siento inocente y feliz.
Mientras yo disfruto caminar sobre este paisaje, él toma sus precauciones y se estresa por el "horrible" clima de invierno que tenemos ahora en Stuttgart. Y entonces pienso cuán diferentes somos. Pero tiene razón, si es peligroso manejar con esta nieve y más hasta mi casa.
Me subo al Bus, contenta y sonriente frente a un conductor serio y harto de su rutina -Hallo! Eins ticket bitte nach Flughafen Messe- él no sonríe y sólo se dispone a darme el boleto que me ha costado casi cinco euros.
Y entonces mi mente empieza a pensar y a divagar.... ¿Qué es lo que hay entre nosotros?
La última vez que sentí mariposas fue con mi lindo Danny en la Ciudad de México, mientras desde una romántica mesa bebíamos una copa y disfrutábamos de un lindo postre y algunos caracoles como aperitivos. Desde allí, desde el Bellini mirábamos la hermosura de mi linda ciudad de noche y en aquel momento los suspiros y las miradas eran magia.
Despues de ese momento...NADA!
Con Marco las cosas fueron también muy lindas y más reales que con Daniel, su llegada por mí al aeropuerto de Frankfurt, mi desesperación y nervios por pensar que iba a hacer sin él si el no llegaba y entonces apareció corriendo en el aeropuerto, mientras yo estaba completamente cansada y alterada con todo mi equipaje.  Corrí y lo abracé y no hubo ningún muro de por medio. Mi pequeño Marco de entonces era como un niño inocente, fiel y encantado con todo lo que yo hacia, hasta que apareció mi lado mexicano y su lado alemán; entonces todo empezó a ser un sube y baja de emociones. En él no había esa frialdad que he encontrado en otros alemanes, ni siquiera en la temperatura de su cuerpo; el siempre mostró su lado  humano lleno de amor y bondad; también era una persona estresante pero todo siempre lo hacia con amabilidad y educación sin dejar que su franqueza lo volviera imprudente.
Nuestra lejanía, nuestros encuentros y desencuentros, las formas en que nos comunicábamos y todo lo que hacíamos imposible por estar juntos. Él Alemania y yo México.
Pero regresando a eso de las mariposas en el estómago y haciendo referencia a Marco, recuerdo que la primera vez que nos besamos sentí un ligero cosquilleo invadiendo mi cuerpo, después de eso nada mas intenso más que alguna porción extra de química que teníamos los dos bajo la cama. Pero nunca pude decirme completamente enamorada de él.
Y el punto es cuan difícil es enamorarse de alguien sin tener esas precauciones que te formaste en el pasado, que ya no eres mas una niña o adolescente que se enamora con todo el corazón, ahora eres una persona mas racional y cuidadosa.
Y pues ahora vivo aquí en Alemania y me siento parte de aquí. Aquí hay una paz y un equilibrio que me sostiene.
Y él...Él es como un misterio para mí...Marco sonreía frecuentemente y a pesar de sus momentos de seriedad, teníamos la facilidad de tener diversión y risas juntos; siempre con esas muecas de niño bueno y siempre haciéndome gritar de risa por toda la casa con sus cosquillas y juegos infantiles. Y su mirada tranquila y en calma viéndome con curiosidad y felicidad.
Y sentada aqué en el bus, pensando en todo y en nada, escribiendo tonterías...esperando para verlo, pensando y no pensando, analizando y no analizando...dejándome llevar, ahora sólo fluyo, solo sonrío y sobre todo trato de llegar al sueño de hacer lo que mi conciencia, mi alma y mi corazón me dictan. Soy feliz y espontáneamente vivo cada instante.
¡Se que salté...que aún no aterrizo! Mi cuerpo esta sintiendo ahora mismo la contracorriente del aire soplando muy fuerte y tal vez está esperando el aterrizaje sostenido por un paracaídas, una cuerda...algo..alguien...pero yo soy libre como un ave que sobrevuela la tierra.

Angye


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